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viernes, 20 de abril de 2012

CARTA AL MAESTRO QUE PERDIÓ SU LIBERTAD


Querido maestro:

                Aunque no lo creas, me siento un poco angustiada al escribir esta carta para expresarte mi preocupación por ti,  pues quizá tú todavía no te has percatado de lo que te sucede. Y ¿cómo puede uno actuar en consecuencia, cuando aun no sabe sobre qué debe actuar? Hoy por la mañana me encontré a tu libertad paseando por la calle como si nada.  La vi y me dio rabia de que anduviera tan campante. Inmediatamente me viniste a la mente en tu aula, malhumorado y cansado; fue entonces cuando pensé "¡no es justo!, pudo haberlo evitado".
¿Por qué la dejaste ir? Ya no será lo mismo en tu salón de clase, adiós a la cátedra interesante, amena, que representaba un reto. Lo que tus alumnos verán en el aula, será el tedio, el cansancio, el enojo y ¿sabes qué? Posiblemente la libertad de cada uno de tus estudiantes decida irse también de ahí... ¡Oh no! ¡Eso sí que sería un caos! ¿Te imaginas un recinto donde el aprendizaje se da a fuerzas? Puede ser terrible.

                ¿Cómo pudiste ser tan descuidado? Tu libertad estaba ahí contigo, pero pocas veces le hacías caso. Estabas más preocupado por terminar el programa, por lo apretado de las quincenas, por la visita del inspector, por las reuniones del sindicato... tu vida se convirtió en una queja continua, en algo pesado que había que vivir "¿por qué a mi?" Te preguntabas continuamente y ahí fiel y calladamente estaba la libertad, esperando a que la usaras, a que te decidieras a cambiar tu actitud, tu visión de la vida.  Tú nunca te diste cuenta de ello. 

Piensas que eres libre porque vives en un país, en el cual no es necesario pedir permiso para transitar, crees que eres libre porque ahora ya de adulto, no necesitas pedir permiso para actuar.  Por eso tu libertad se sintió desplazada, que no la tomabas en cuenta.  Hoy por la mañana, escuché que le decía a la libertad de otro individuo que­ - por lo visto-, también había escapado: "pensaba que yo estaba en todo lo de afuera, cuando en realidad me encontraba dentro de él"
               
Negar la libertad es negar la propia naturaleza humana.  En varias ocasiones te he oído  decir -contradiciéndote- que la libertad no existe, "patrañas del gobierno" ¾ has expresado, "nos hacen creer que somos libres pero en realidad es puro cuento, estamos atados a todo y a todos"(a la libertad no le gustan las ambigüedades, quizá por eso huyó de ti). Esa misma actitud la has transmitido a tus alumnos quienes piensan que la libertad es hacer lo que a uno se le da la gana y aprovechan cualquier momento en que tú sales del aula para armar un relajo enorme "¡somos libres, somos libres!" gritan, para callarse sus palabras y sentarse apresuradamente en cuanto ven que te acercas.  Otras veces llegas al salón de clase como si estuvieras arrastrando largas cadenas que te apresan, ¿cómo puedes transmitir alegría por aprender cuando parece que la vida te pesa y que lo último que quisieras hacer es darles clase? Muchas veces te he imaginado hablándoles de la libertad de cultos, ideas, expresión, etc. y veo la cara de tus pupilos incrédula y con una sonrisa sarcástica casi imperceptible.  Seguramente piensan que tu actitud no expresa lo que tus palabras dicen "¿Cuál será la verdad? -han de cuestionarse, ¿existirá la libertad como lo dicen los libros? Y si es así ¿dónde está? o más bien es como un chiste como bien lo expresa el profe (y que conste que tú no has dicho nada al respecto).
               
Negar la libertad, es negar la posibilidad de educarnos, Todo proceso educativo es intencional. Hay intención en el maestro y en el alumno; ambos, haciendo uso de su libertad, están dispuesto a dar y a recibir para ser mejores. La educación sólo puede ser posible porque el hombre es un ser perfectible, día a día puede subir un escalón más en el camino de la realización personal, aunque para ello debe elegir querer ser mejor.  Y aquí está el problema: no lo elegimos, ¿será que somos tan ciegos o tan ignorantes que no nos damos cuenta que -como dice Amado Nervo- "somos arquitectos de nuestro propio destino"? Cuando somos pequeños, son nuestros padres y más adelante nuestros maestros los que nos acompañan y nos orientan para que podamos descubrir lo valioso, posible y significativo de cada momento y de cada contenido a aprender para que nosotros optemos libremente por ello.  También son nuestros papás y profesores los que nos ayudan a crear espacios de libertad para que aprendamos a elegir, si no lo hacemos nuestra libertad empieza a engordar por falta de ejercicio (¡la tuya se veía tan gorda y pesada!)  De la mano nuestros educadores nos llevan por el camino de la deliberación, es decir, nos enseñan a usar nuestra inteligencia y a poner a trabajar a nuestra voluntad.  La primera para que conozcamos y busquemos la verdad; la segunda para que de lo que ya conoce se incline por lo que es bueno para ella y lo elija.
               
Elegir implica renunciar, puesto que no se pueden escoger todas las opciones (por naturaleza también somos limitados) al momento en que elegimos un bien estamos renunciando a los otros, así que también debemos aprender a que en la vida no podemos tenerlo todo. Tu libertad comentó esta mañana con su amiga que además de maestro, quieres ser líder sindical, vendedor de "Amway", profesor particular, instructor de manejo... y creo que le escuché decir algo así como ajonjolí de todos los moles, que no tiene tiempo para abarcar todo.
               
Elegir es responder, quiere decir que si ya escogí un bien, ahora respondo a mi elección, asumo las consecuencias de ello, me vuelvo responsable, me comprometo. ¿Recuerdas tu época de estudiante en la Normal? Parecía que te comerías al mundo.  Tu familia te decía que esta profesión era pesada y poco reconocida, pero tú parecías verdaderamente comprometido y decías que el sacrificio valía la pena si podías dejar en el alma de cada uno de tus alumnos, la semilla del saber y la superación. ¡Qué tiempos aquéllos!
               
Elegimos aun en las cosas que no elegimos de antemano," ¡está loca!" ¾dirás.  Pero no, permíteme explicarte.  Aunque hay muchos momentos en nuestra vida en los que tenemos que tomar una decisión, también hay otras situaciones que no elegimos, como la familia que nos toca, la escuela a la que asistimos (generalmente son nuestros padres los que eligen por nosotros), asistir a reuniones o juntas de trabajo... hacemos obligados muchas cosas, pero ¿qué crees? Aun en esos momentos, podemos ejercer nuestra libertad y decidir la actitud que tomaremos frente a estos hechos (a tu libertad es el tipo de elecciones que más le gusta hacer) y, si estas elecciones son positivas terminaremos siendo mejores cada día.
               
Podemos entonces cada mañana elegir la actitud que tendremos ante nuestro trabajo, nuestra familia, nuestras obligaciones diarias.  Elegir ante lo agradable, no tiene chiste, pero elegir asumir una actitud positiva  ante situaciones desagradables es lo que nos hace crecer como personas.

Pero ya no te detengo, ¡corre a buscar tu libertad!  Puede estar en cualquier parte. A la muy tramposa ¡le encanta jugar a las escondidas!  Puede que te haga sufrir un poco para que en algún momento pienses que la has perdido para siempre.  Pero si te esfuerzas, lograrás encontrarla.  Quizá ya regresó a tu interior y sólo espera a que te des cuenta para que, con una fuerte carcajada, irrumpa en tu vida como el mejor de los regalos                                                                                                                                                                               ADRIANA

miércoles, 18 de abril de 2012

¡Bienvenidos!

Finalmente me he decidido.
Llevaba varios meses dándole vuelta al asunto.
¿Por qué no? Me decía.
¿Seré constante? Me cuestionaba
¿Me leerá alguien?
Pero ahora, en este momento, impulsivamente dije ¡Va! hagámoslo.
El blog sobre todo es para ti, para expresar tus ideas, lo que eres, lo que quieres. Y si tienes la suerte de que a alguien le interese conocerte pues ¡maravilloso!
Así que comienzo este viaje con mucha emoción, mucho entusiasmo y la cosquillita de ir plasmando parte de mi jornada de vida en este espacio y compartirlo con ustedes.
¡Ya está!